Nota a Rossi cuando fue campeón de TC 2000

nota publocada en diario OLE
Ciudad de Buenos Aires, 30/11/06
“SOY EL MATÍAS ROSSI QUE QUIERO SER”
El Diario Olé publicó el lunes una imperdible entrevista con Matías Rossi, en la que el piloto de Del Viso repasa sus inicios en el karting, el archivado sueño de ser futbolista, su mentalidad para competir, la ilusión de correr en Europa, sus hobbies, su forma de ser, sus gustos, su futuro ¿cómo ídolo?, el profesionalismo y su relación con Juan María Traverso, entre otras cosas. Aquí,
el reportaje completo que realizó el periodista Mauro Feito.
-¿Dónde estabas hace diez años?
-Jamás imaginé ocupar el lugar que ocupo ahora. Estaba corriendo en karting, en Buenos Aires. Arranqué a los 11 y 11 meses. De grande, por lo que es el karting.
-¿Por qué no antes?
-Porque mi mamá y mi papá no querían. Mi viejo siempre tuvo una distribuidora de golosinas, pero en esa época era mecánico de su hermano, que corría en karting. Yo jugaba a la pelota, pero cada vez que iba al taller me quedaba horas. Y empecé a subirme al karting del tío. Probaba en la colectora de la Panamericana, en Del Viso. Iba y volvía. Si no, íbamos a una cuadra adentro del pueblo que tenía mitad asfalto, mitad tierra. Tenía ocho años. Y no empecé hasta casi los 12...
-¿Qué te dio el karting?
-Gané cuatro títulos en karting y fue mi formación como piloto. Las maniobras rápidas para pasar te las da el karting. En un auto, de Salotto a Ascari tenés casi 30 segundos. En el karting, la recta más larga es de seis segundos. No podés fallar.
-¿Y el fútbol?
-Yo jugaba en el club Malvinas Argentinas de Del Viso. Jugaba de 7, bien. Y un dirigente me llevó con otro chico a River para probarnos. Pasé dos pruebas, pero cuando iba a quedar en River empecé a andar en karting y no toqué más una pelota.
-¿Cambió en algo tu personalidad?
-No cambió demasiado. Sí trato de ser duro mentalmente por los compromisos. No es que antes era flojo, pero acá tenés que estar preparado para hablar con un periodista y a los cinco minutos ir a 240 km/h. Y cuando empecé en el TC me equivocaba porque me superaba la situación. Luego me adapté.
-¿Cuánto es la mente?
-Gran porcentaje del éxito. No equivocarse, no cometer errores. Nunca fui al psicólogo. Hablo mucho con (Roberto) Alonso, mi representante. Hizo algo de psicología cuando estudió....
-¿Creés en Dios?
-Sí, no soy católico, no creo en ninguna religión. Pero creo en Dios, existe.
-¿Por qué no pudiste seguir corriendo afuera?
-Hice un Mundial europeo de karting. Y una carrera de Fórmula Renault italiana. Mi papá se rompió el culo para que yo siguiera en Italia, pero no se pudo.
-¿Es algo cerrado?
-No, yo tengo fe de que puede darse. Si aparece la chance, me iría.
-¿Te tengo que creer?
-Sí, ¿por qué lo decís?
-Varios consagrados están cerca de la familia, ganan bien y no quieren ir pagar derecho de piso en categorías mundiales...
-Yo lo haría, si no, no lo digo. Depende. Si me dan para hacer una carrera y me pierdo el campeonato de TC2000, no acepto. Si el equipo Chevrolet del Mundial me llama para probar y me dice que tengo chances de hacer un año, me voy. Es un sueño que aún tengo.
-¿De dónde salió el sobrenombre Granadero?
-Marcelo Ingaramo (jefe de prensa del equipo) le dijo una vez a Marcelo Mercado (relator de Carburando) que yo era un granadero porque era alto, cumplidor en los tiempos, la presencia... Fue cosa de ellos y quedó, je.
-¿Qué hobbies tenés?
-Les dedico mucho tiempo a las carreras. Pero salgo a bailar y juego horas y horas al Winning Eleven 10, el juego de fútbol de PlayStation. Puedo estar un día entero. Miro películas, mi actor favorito es Denzel Washington y una actriz, Angelina Jolie, je.
-¿Y la música?
-Los Redonditos de Ricota, soy fanático. De La Renga también y León Gieco.
-¿Sos muy solitario?
-Sí, muy... Viajo solo en los micros a las carreras, paso mucho tiempo solo. Al cine voy solo. Me hace bien. Estoy maquinando todo el día con la cabeza.
-¿Cómo lograste ese imán con la hinchada?
-No sé si tengo tanto imán. Es buena la relación. No soy referente de Chevrolet. Hay que ganar mucho más...
-¿Qué tiene que hacer un piloto para ser ídolo?
-Ganar campeonatos, carreras. Y ser un buen tipo. Eso la gente lo aprecia mucho. Pero en el TC todavía no tuve grandes resultados.
-Sos bilardista.
-Sí, totalmente.
-¿Te gustaría ser ídolo?-
(Tarda diez segundos) No sé. No me gusta la fama... Somos mediáticos en los medios deportivos, no en la farándula. Por ejemplo, no sueño con ir a almorzar con Mirtha Legrand. Yo, paso.
-¿Cómo es tu relación con tus fanáticas? Tenés a varias pibas persiguiéndote en los boxes...
-Ja, ja... No, muchos mensajitos, pero nada. Jamás una chica me tiró un piquito, je. Te agarran, te aprietan un poco, pero normal. En eso demuestro una cierta distancia y nadie hace locuras. Yo soy el Matías Rossi que quiero ser. Soy libre. En los boliches soy un petardo. Me muevo para todos lados, bailo. "No puedo creer que seas Matías Rossi", me dicen algunos. Yo me cago de risa y jodo como un chico normal. Algunos creen que soy serio y soy demasiado alegre. Y luego me adapto al profesionalismo actual. El ejemplo de Michael Schumacher nos sirvió mucho a los jóvenes. Fue el primer profesional de verdad.
-¿Quién es Juan María Traverso en tu vida?
-Un ídolo. Al Flaco lo admiré de chico porque yo seguía al exitoso en las carreras de autos. Y era él. Se cansaba de ganar. Me marcó. Una vez me alabó cuando le gané una serie. "Este pendejo maneja bien", dijo. Y ahora me invita a los cumpleaños todos los 28 de diciembre. Me felicitó por como vengo creciendo. Cuando venía para Paraná, me llamó: "Ganes o no el campeonato, pasá por Ramallo para tomar unos mates", me pidió. Que Traverso me diga eso, es inexplicable.
-¿Aparecerá otro Traverso?
-No se volverá a dar algo así. No hay siempre un ganador como en su época. Somos varios los que rotamos ahora. El automovilismo cambió.
-¿Te enseñó a putear?
-Je, no, no. Jamás voy a putear como el Flaco.